Me es difícil controlar mis demonios, y aunque muchas veces parezca lo contrario, me dejo manipular por mis impulsos. Entiendo que últimamente por mi condición actual, tenga la posibilidad de manipular ciertas vidas, cambiarlas o destruirlas.
Alguna fuerza más allá de mis tentaciones o falsas apariencias angelicales, me hace dejar de ser yo y convertirme en un instrumento para cambiar alguna vida. No intento ser un santo, no intento dejar de satisfacer mis perversas obsesiones, para ser sincero, no se qué es lo que intento, solo me dejo llevar.
Me siento incomodo y enredado en esta red de actuaciones, pero esta tal vez sea la forma que encontré inconscientemente de pagar mis deudas con el karma. De todas formas, necesito mostrarles a esas almas, que son fuertes e independientes, que sus manos son capaces de darse placer y que Dios esta donde quieran que este. Si lo ven desde otra perspectiva, la soledad es solo una ilusión creada para llenar el espacio que existe entre la tristeza y la felicidad. Creo que deberían romper con esa idea de esperar un salvador, que les abra los ojos, las saque de su tierra y les muestre el mundo. Los salvadores son como yo: demonios con virtudes o ángeles con errores. Ambiguos así que sería mejor crear de ellos solo detalles y no como entes absolutos.
A pesar de todo, me ha costado lidiar con esto de poder destruir o mejorar mundos. Tal vez en este juego de interpretaciones, a la vez este explorando una realidad que siempre quise vivir, o quien sabe simplemente todo se salió de control, y por mi naturaleza, siento que no puedo dejar ciertos cables sueltos…prometo que esta es la última vez.