Solía quejarme del poco tiempo que tenia, de lo cansado que estaba, no tenia tiempo para ver el cielo ni para escribir.
Ahora tengo tanto tiempo, ahora puedo tocar guitarra a cualquier hora, ahora puedo escribir asta 4 poesías por dia, ahora puedo aprender el mapa estelar como lo hacían los griegos…en cambio, no ago nada.
Un día desperté temprano, eran las 6 o 7, nose, no me gusta tener relojes en mi cuarto, y sentía una calma, sentía que el día tenia 48 horas, y sentía una nostalgia de algún tiempo que hoy no recuerdo.
El cielo tenia luz, pero no era claro del todo, el silencio reinaba por todo el espacio, podía escuchar los pasos de los que madrugan para trabajar, y los que madrugan para morir mas rápido.
Cuando despierto tengo los sentidos al máximo nivel, puedo sentir la brisa matutina pasar por mis pies y verla llegar asta la cortina de vuelta, buscando a otra persona para sentirla.
En las mañanas no pienso, mi mente esta en blanco al igual que mi estomago y me vuelvo un ser mas instintivo que racional.
Mis sentidos se restringen a una sola función, asi no me complico.
En la mañana todo me sabe igual, así que no hay problemas en que comer, mi lengua solo puede crear uno o dos sabores distintos.
Si hace calor o frío no me importa, no los siento, lo único que siento es la primera brisa que pasa por mi cuerpo cuando bajo del edificio, y este es el primer contacto que tengo con el mundo.
No me gusta usar mis lentes la primera hora después que despierto, así que mis ojos se restringen a ver con claridad los primeros 10 metros de mi camino.
Mis oidos estan muy concentrados en la cancion que sale de mis labios y una parte en la calle por si viene un carro…
Vuelvo a ser un animal cada vez que tengo que madrugar, y de esta forma, me siento mas humano y mas parte del planeta…